
Carmen Varela
Lleva más de cuarenta años dedicada a oficios artísticos entre los campos de la escultura y la pintura. Estudió en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, pero lo que tiene más peso en su trayectoria es su formación autodidacta.
Su obra ha recibido varios reconocimientos, destaca el Premio Adquisición Antonio López en Tomelloso en 2014 o el primer premio del Certamen “Miradas” en 2008.
A lo largo de estos años ha participado en exposiciones individuales y colectivas con galerías españolas, como las realizadas con las Galerías Mamah Africa y Alexandra Irigoyen en Madrid, Martínez Glera en Logroño, Espacio 36 en Zamora y Can Jeroni en Ibiza. También ha participado en ferias de arte como Art Madrid, la Bienal de Cerveira en Portugal y The Affordable Art Fair en Nueva York, Singapur y Londres.
Su obra ha resultado seleccionada en varios certámenes como la Exposición Internacional de Artes Plásticas de Valdepeñas, La Bienal de Albacete, el Certamen El Brocense de la Diputación de Cáceres y La Cátedra Francisco de Goya en Ávila. En el año 2012 participó en una exposición colectiva en la Galería Stenhallen, Borgholm, Suecia.
En el año 2006 recibió el encargo, por parte del Área de Educación del Museo del Prado, de realizar la escultura de una menina a tamaño natural. La escultura de bulto redondo y de factura realista, representa a una niña con el atuendo de “menina” y, fue realizada, tomando las medidas a escala de un cuadro de Velázquez.
“Dicen de mi trabajo que es realismo no exento de frescura, que mis obras sorprenden por la luz, y algo que me llama la atención, estando como estoy tan pegada a la realidad, por la imaginación.
Considero que lo único auténticamente personal que uno puede aportar al arte de este tiempo que nos ha tocado vivir es la mirada, en este sentido, cuento lo que me fascina de lo que veo con una caligrafía a color minuciosa y sutil, eso es el arte para mí, lo que veo lo llevo conmigo, la caligrafía es lo que quedará de mí.
La mirada y la observación del mundo abren la posibilidad a diálogos diversos, en ese cruce de caminos entre lo que el mundo me da y lo que humildemente puedo aportar.
Por esta razón, van apareciendo temas diferentes en mis obras.
Retratos, flores a gran formato, arquitecturas, y la representación de pequeños objetos cotidianos son temas en los que vengo trabajando desde hace años.
Si cada persona es un mundo, mis obras son mis mapas. Y entre ellas, mis esculturas son los signos de puntuación, acentos, comas y puntos suspensivos…
Me interesa recoger el instante, el silencio. Mostrar la poesía que se encuentra casi en cualquier lugar. Trabajo en formato figurativo, presentando obras en pequeñas series o piezas únicas”.
