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       “Breton recordó durante mucho               André vivió sometido a una
tiempo la modestia y repulsión que          madre controladora orientada en
había sentido a los seis años con           contra de los intereses que el abuelo
sus involuntarias erecciones nocturnas,     materno había inculcado en el niño.
algo común en los varones de la             Más tarde, durante sus años de escuela,
edad, que sin embargo llevaron a            comenzaría a despreciar a la autoridad
una alarmada Marguerite a llamar al         y a las normas escolares por las que
doctor de la familia122”.                   sentía enojo y aburrimiento. Para André
                                            las normas escolares eran una extensión
       El rechazo por parte de la madre     del autoritarismo de la madre. Al
a la aceptación de la sexualidad de         rechazarlas, rechazaba las imposiciones
su hijo generó en André angustia.           maternas. Los ordenamientos sociales
Aceptar su propia sexualidad era ir         pasaron entonces a formar parte de
contra los lineamientos maternos. La        los elementos que había de rechazar.
prohibición de Marguerite sobre la
sexualidad de su hijo estuvo relacionada           Muchos años después, a los doce
con su carácter impositivo y autoritario.   años, Breton reaccionó a sus primeros
Reconocer los rasgos fálicos en su hijo     ejercicios masturbatorios, con una
la llevaba a tomar consciencia de su        mezcla de intenso placer y
rivalidad con lo masculino y su deseo       preocupación por sus eyaculaciones.
de estar por encima de él.                  Por entonces de cualquier manera, ya
                                            estaba lleno de apremios sexuales
       Otra de las actitudes castrantes de  adolescentes, y su cabeza se había
su madre tenía que ver con la               volteado en los años recientes por
prohibición de espacios recreativos,        más de una transeúnte, incluida una
como la lectura de cuentos que hacía        jovencita parisiense de ojos violáceos
por la noche a escondidas o la              y una joven rusa de nombre Olga,
posibilidad de salir a jugar con los        junto a quien Breton consiguió sentarse
niños del lugar donde vivían, pues su       en el segundo piso de un autobús que
madre lo prohibía.                          llevaban a la escuela y a quien más
                                            tarde se refirió como:

122 Ibídem, p. 29.

ArtyHum Revista de Artes y Humanidades, ISSN 2341-4898, nº 50, Vigo, 2018.
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