Page 156 - ArtyHum 27 www.artyhum.com
P. 156
ArtyHum 27 155
www.artyhum.com
Así en 1610 firmó un contrato de Durante esta época, gran parte
aprendizaje por 10 años con el pintor de su producción fue de temática
manierista y literato Francisco Pacheco, eclesiástica, siendo el mejor ejemplo
quien se convirtió en su maestro y para La venerable madre Jerónima de la
quien fue sin duda su discípulo más Fuente (1620)324. A nivel artístico, es en
destacado y quien escribió de él: este momento en el que se comienza a
“siendo muchacho, tenía gestar la primera parte de su estilo,
cohechado un aldeanillo de aprendiz,
que le servía en diversas acciones y caracterizada por una pincelada corta,
posturas, ya llorando, ya riendo,
plasmándolas sin dificultad alguna321”. certera y con un gran dominio de
Junto a este autor se forma en los la representación de la realidad,
campos del humanismo y de la teología,
y madura hasta finalizar en 1617 el introduciendo en muchas de sus obras
examen final y conseguir el grado de
maestro para todo el Reino (algo muy pequeñas naturalezas muertas.
raro en la época)322.
Al poco de establecerse en Sevilla,
El 23 de abril de 1618, se casaría
con Juana Pacheco, hija de su mentor, es llamado a la corte, donde por
siguiendo la costumbre sevillana de
emparentarse entre los principales mediación del valido del rey, Don
miembros de un gremio, con la que
tendría dos hijas: Francisca e Gaspar de Guzmán, Conde-Duque de
Ignacia323.
Olivares y de Juan de Fonseca,
321 RAGUSA, E.: La vida y el arte. Velázquez.
Milán, RCS Libri, 2004, p. 15. prácticamente de inmediato se convierte
322 Ibídem, p. 15.
323 BARDI, P.M.: Velázquez, Documentación en pintor de cámara325. A su vez,
sobre el hombre y el artista. Madrid, Estudios
Velazqueños, 1969, p. 83. sabemos que algunas de sus primeras
obras, como El almuerzo (1614), Vieja
friendo huevos (1618)326 o el Aguador
de Sevilla (1620), le habían dado gran
renombre en la capital andaluza y había
324 HARRIS, E.: “Biografía de Velázquez”, en:
Estudios completos sobre Velázquez. Madrid,
Centro de Estudios Europa Hispánica, 2006, p. 40.
325 Ibídem, p. 45.
326 Sobre las naturalezas muertas que se
muestran en ellas, su suegro Francisco Pacheco
llegaría a decir: “¿Los bodegones no se deben
estimar? Claro está que sí si son pintados como
mi yerno los pinta alzándose con esta parte sin
dexar lugar a otros, y merecen estimación
grandísima; pues con estos principios y los
retratos, de que hablaremos luego, halló la
verdadera imitación del natural alentando los
ánimos de muchos con su poderoso ejemplo”.
ArtyHum Revista de Artes y Humanidades, ISSN 2341-4898, nº 27, Vigo, 2016.